EL TIPO del cuadro se parecía mucho a mí. Sí, sí que se parecía. Si me hubiera dejado una perilla y colocado unas antiparras como las suyas, se habría podido decir que éramos la misma persona. Pero la pintura era de 1646, así que el hombre del cuadro estaba muerto y bien muerto. Y desde hacía mucho tiempo. Mientras me dirigía hacia la salida del museo, todos comenzaron a mirarme de una forma extraña. El agente de seguridad corrió detrás de mí. “¡Oiga, vuelva usted al cuadro ahora mismo!”, chillaba. Pensé que sería mejor hacerle caso.
sábado, 31 de octubre de 2009
Brevedades fantásticas /3
jueves, 29 de octubre de 2009
... de Kristof
"-[...]¿Crees sinceramente en lo que dices?
martes, 27 de octubre de 2009
La isla de los circuncidados
Aquel endemoniado pajarraco me estaba picoteando el ojo izquierdo. El derecho ya se lo habían comido el día anterior, en las primeras horas de la mañana, mientras la flota entraba en el puerto de Mesina. Mi cuerpo llevaba tres días colgado (por el cuello, maticémoslo como aclaración obligada) del mástil de la galera, para escarmiento y aviso de los infractores de las normas y demás elementos asociales. Durante esos tres días, primero la lluvia, luego el viento arrastrando la salobre agua, y finalmente, el sol castigador del Mediterráneo habían resecado mi piel, convirtiendo mi antes hermoso cuerpo en un guiñapo informe.
sábado, 24 de octubre de 2009
... de Pizarnik, otra vez
"Ella no sintió miedo, no tembló nunca. Entonces, ninguna compasión ni emoción ni admiración por ella. Sólo un quedar en suspenso en el exceso del horror, una fascinación por un vestido blanco que se vuelve rojo, por la idea de un absoluto desgarramiento, por la evocación de un silencio constelado de gritos en donde todo es la imagen de una belleza inaceptable.
jueves, 22 de octubre de 2009
... de Pizarnik
"Un conocido filósofo incluye los gritos en la categoría del silencio. Gritos, jadeos, imprecaciones, forman una "sustancia silenciosa". La de este subsuelo es maléfica. Sentada en su trono, la condesa mira torturar y oye gritar. Sus viejas y horribles sirvientas son figuras silenciosas que traen fuego, cuchillos, agujas, atizadores; que torturan muchachas, que luego entierran. Como el atizador o los cuchillos, esas viejas son instrumentos de una posesión. Esta sombría ceremonia tiene una sola espectadora silenciosa".
miércoles, 21 de octubre de 2009
... de Vonnegut
martes, 20 de octubre de 2009
... de Shakespeare
lunes, 19 de octubre de 2009
... de Pirandello
sábado, 17 de octubre de 2009
Brevedades fantásticas /2
Ilustración: Ana Trello
miércoles, 14 de octubre de 2009
Endura
... de Maalouf
"Cualquier teoría de la Historia es hija de su tiempo; para entender el presente, resulta muy instructiva; aplicada al pasado, vemos que es aproximativa y parcial; si la proyectamos hacia el futuro, se convierte en azarosa y, a veces, destructiva".
lunes, 12 de octubre de 2009
... de Marx
jueves, 8 de octubre de 2009
Nieve sucia /y 2
miércoles, 7 de octubre de 2009
Necios
Nieve sucia /1
lunes, 5 de octubre de 2009
El loro que olvidó hablar
El loro paseaba triste y pensativo por las almenas de la torre más alta del castillo. Era un loro viejo, y por viejo, quizá también sabio. Así, había conseguido la sabiduría que sólo se adquiere con la tristeza como amiga y la soledad como refugio.
domingo, 4 de octubre de 2009
... de Khadra
jueves, 1 de octubre de 2009
En el espejo
Durante las últimas semanas, cada vez que miraba el espejo y en él contemplaba reflejada la imagen del cuadro, veía ir creciendo esa estructura, difusa al principio. Al terror de ver aparecer en la imagen algo distinto y no existente en el original, inmutable entonces y ahora, se sumó el reconocimiento de aquello que allí crecía. Un patíbulo. Noche a noche he contemplado el reflejo del cuadro, anhelando sorprender a sus constructores, pero siempre he sucumbido al sueño o al hechizo. Esta noche era la última, lo sabía. El patíbulo ya está terminado. La gente ha desaparecido de la plaza. Sólo una figura solitaria permanece, en actitud claudicante y humillada, ascendiendo las escaleras del cadalso. Sé de quién se trata. Sé que mañana, cuando amanezca, yo seré el protagonista en el cuadro del espejo y penderé de la soga, ahorcado, víctima de esta inexplicable maldición.