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El país, éste en el que vivimos, se cae a pedazos. Presento aquí el inicio de una serie de entradas que tratarán de de validar esta afirmación. Pruebas entresacadas de experiencias personales, periódicos, referidas por amigos, conocidos y compañeros (incluso los del trabajo, en general bastante poco lúcidos) servirán para avalar lo que, en el fondo, es evidente para cualquiera que mire a su alrededor con un poco de sentido crítico. Pequeñas faltas de eficiencia que sumadas por miles y millones hacen chirriar todo el entramado sobre el que se sustenta esto que llamamos nuestro país; actitudes que, extendidas como manchas de petróleo, pringan nuestra monótona existencia hasta hacerla imposible; en definitiva, ejemplos de ese autismo social que nos está convirtiendo en marginados de nuestras propias vidas. El país se cae a pedazos, sobre nuestras cabezas, y no hay nadie que se dé cuenta porque estamos todos concentrados mirando hacia abajo, tratando de no pisar una mierda de perro.
2 comentarios:
- Y para nosotras ¿qué?.
- Bragas Princesa y un librito ...
Las bragas parecen más de rastrillo.
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