Todo fue penitencia..., o casi...
Una tarde parda y fría (*)
Una punta de lluvia entró en el alma rala
Floreciendo el barro reseco de tu alma
En estatuas de sal
Acaso sin pecado
Quizá de una inocencia con el brillo del metal
Quizá, quién lo sabe, del amor
Floreciendo el barro reseco de tu alma
En una trepadora cerrada al vacío
Viviendo en una clorofila descarnada
Muriendo por el aguijón de la vida
(*) Verso de Antonio Machado
LTLG
Zaratan, 04/09/2011
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