miércoles, 21 de septiembre de 2011

Por el aguijón de la vida






Todo fue penitencia..., o casi...









Una tarde parda y fría (*)

Una punta de lluvia entró en el alma rala

Floreciendo el barro reseco de tu alma

En estatuas de sal

Acaso sin pecado

Quizá de una inocencia con el brillo del metal

Quizá, quién lo sabe, del amor

Floreciendo el barro reseco de tu alma

En una trepadora cerrada al vacío

Viviendo en una clorofila descarnada

Muriendo por el aguijón de la vida

(*) Verso de Antonio Machado


LTLG
Zaratan, 04/09/2011




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