martes, 13 de marzo de 2012

No aprendemos

Hace poco pasó por mis manos una obra de Paul Theroux, "Las columnas de Hércules", un fascinante libro de viajes escrito a comienzos de los años 90. El autor recorre toda la costa del Mediterráneo y, entre otros, allá vemos a unos españoles que aún no se creían ricos y unos sirios que ya eran muy conscientes de vivir en un estado policial. La historia humana se repite una y otra vez. Hasta ahora siempre hemos pensado que a pesar de los tropiezos siempre se avanza, nunca se retrocede. No lo tengo tan claro. Lo que sí que suele suceder es que cuando la represión y la humillación a una sociedad se vuelven intolerables, llega la revolución y con ella la correspondiente dosis de sangre, dolor y muerte. Eso está pasando en Siria veinte años después de lo que contaba Theroux. Sin embargo en el mundo lo que está sucediendo es algo muy distinto, ante nuestros ojos se está produciendo un golpe de estado mundial cuyo resultado final será la opresión global de los habitantes del planeta. No es algo que esté ocurriendo fruto de azares incontrolados detonados por decisiones no meditadas. No, nada de eso. Veamos un ejemplo muy de moda en nuestro país: el paro. El paro no es un accidente de nuestra economía, ni de la economía de ningún otro país si a eso vamos. El paro es algo premeditado, una herramienta muy útil para amedrentar a la sociedad, para sojuzgar a las masas, para, en definitiva, que los poderosos lo sean aún más. Hasta no hace mucho se consideraba necesario que hubiera algunos subsidios (léase estado del bienestar) para evitar el alboroto, pero pronto veremos que también eso va a ir desapareciendo, nadie sabe muy bien por qué. No hay dinero, dicen, sin embargo la corrupción fiscal no disminuye y el BCE vende dinero a los bancos españoles al 1% de interés, a los mismos bancos que luego no nos lo prestan al 12%, a lo mismos bancos que usan ese dinero para comprar deuda española al 6 o 7%. Ya sabemos dónde termina el dinero de los que pagamos impuestos y a pesar de tanta desfachatez, sigue el saqueo. Todo son falacias arrojadas sobre una masa embrutecida por la incultura y aterrorizada por el miedo a perder su trabajo y su calidad de vida (la huelga general del 29-M tiene su fracaso asegurado). La solución del problema está clara, nos repiten: reforma laboral (es decir, despido libre y gratuito y por tanto abaratamiento de los sueldos), reforma justa y necesaria (palabra de Dios, te alabamos Señor. Si lo dice Dios, así será, ¿no?), recorte en sanidad y educación (las masas tendrán menos capacidad intelectual para discutir las decisiones de los que mandan y menos salud para pelear). Pensemos, la solución a un problema debe atacar a las causas raíces que lo han generado; ¿son las condiciones laborales, la educación y la sanidad esas causas? Algunos así nos lo están queriendo hacer creer, precisamente los mismos que sí son la causa raíz.
Estamos en la fase alcista de captura de poder de la nueva clase dominante. La próxima será la desaparición de la libertad y la represión pura y dura: fascismo, comunismo, plutocracia..., digámosles como queramos. Eso sí, la siguiente fase será la revolución, lo cual no garantiza el triunfo de los que se alzan, tan solo estarán aseguradas la sangre, el dolor y la muerte. No aprendemos.

1 comentario:

el maestresala dijo...

Me ha dejado usted de piedra, Sr Belidor. Concuerdo con su análisis; espero no concordar con sus predicciones.



Un saludo

El maestresala