sábado, 24 de septiembre de 2011

Materia al contado



¿Te cuento algo, chato?

Las lectoras de la Materia

Contando la Materia

El Caballero de la Mano en el Pecho

Hace muchos años que escribo un diario, más de los que me gusta recordar. Ahora uso una libreta negra de cantos dorados y páginas rayadas con una cinta de seda blanca para marcar el último pensamiento. La compré en Nueva York. Siempre escribo con pluma. Mont Blanc, por supuesto. Hace un tiempo tuve una novia que registraba armarios y cajones tratando de encontrar mis diarios. Nunca los halló. No había leído a Poe. Si lo hubiese conseguido quizá me habría amado más… Quizá me habría amado. Alguien dijo que cuando escribimos un diario estamos creando un personaje. En un diario jamás somos francos; el pudor, la vergüenza, el miedo nos alejan de la sinceridad. Tiendo a estar de acuerdo. Ahí, escribo palabras mudas, sordas y ciegas que quedarán para siempre encerradas en páginas del color de los huesos, entre tapas de cuero. Sin candados. No hacen falta. Pero no todas las palabras sufren tan cruel destino. Las de “Materia al contado” han escapado de su prisión. Saltaron desde los labios de Elisa, Joaquín, Edurne y Ana. Corrieron hasta nuestros oídos, se hicieron manos que volaban en el viento, ojos que destellaban entre lágrimas, labios que reían cacareos, almas que se adentraban en el paraíso de los cuentos. ¿Cuál es la materia de los sueños? Sueños de papel. Vale.

1 comentario:

Edurne dijo...

Usted siempre tan discreto don Rob, porque estoy segurísima de que es usted, el amante de los japoneses (y yo contagiada por vos, ya ve!)...

A lo que iba: que tener un blog con "chivato" es lo que me ha posibilitado llegar hasta aquí, porque sino... "nimodo", oiga, que nadie me había susurrado siquiera la existencia de ésta, su casa literaria!

Le digo don Rob, porque su forma de escribir, me la conozco, aunque sólo sea de libro en libro anual, pero me la conozco, y sé que es usted.
Ya indagaré sutilmente de todas formas...

Ando dándome un garbeo por su bitácora y alguno de sus enlaces.
Para mí un gran honor haberme encontrado entre ellos (en serio).
Yo me lo engancho a usted en mis favoritos, por si no me da permiso para ponerlo en el "blogroll" (ya ve las palabrejas que se aprenden con esto de los blogs!)orillero, y vendré a curiosear de vez en cuando.

La pluma Mont Blanc, of course, con la que usted escribe sus diarios (et moi aussi, diarios, que no con pluma y menos Mont Blanc), y lo de New York, New York (que sabía yo de su viaje veraniego...) me ha dado la pista de remate; también ese enlace a la tertulia granjera, que eso también me lo sé yo, y los Aabazan y El Taller... claro, estaba más que claro, clarísimo (no, si en el fondo soy una Miss Marple en condiciones!).

En fin, que como modera usted comentarios, seguro que me ve, y esbozará una sonrisilla, pensando, "katxis, me ha descubierto!" Pozí!

Ya, ya dejo de latear, que yo soy un poco pesadita, de mucha verborrea e incontinencia verbal (otra cosa es que tenga sentido lo que digo... algo sí, digo!)

A lo dicho, que enchantée del descubrimiento y que nos vemos, nos leemos y esas cosas!

Agur don Robelid"u"r! (me permita la licencia)
;)