martes, 30 de noviembre de 2010

Madriz?


Frío y lluvia
Virgen de los Peligros
Niña rubia y rizada
Insecto azul y suave
Ex-libris
Capas de ropa
Vinagre de champán
Huevos rotos
Mucha comida
Poco vino
Marqués de Riscal
Chicote sin Hemingway
Vino y caipirinha
Risas, siempre risas
Vino por tus venas
Propósito de enmienda
Vaya por Dios
Besos
Hasta nunca?
Nunca
Hasta luego
Siempre
El taxi se aleja
Lluvia y frío

viernes, 26 de noviembre de 2010

La muerte de una Mente



"Al final fue haciéndose añicos, desapareciendo en la nada hasta que se disolvió... Las últimas dos cosas coherentes a las que se aferró fueron su nombre y la necesidad de mantener el enlace que comunicaba todo lo que le estaba pasando... Experimentamos todo su desconcierto y terror, cada pizca de cólera y orgullo, hasta el último matiz de dolor y angustia. Morimos con ella, nosotros éramos ella y ella era nosotros".


Iain M. Banks

lunes, 22 de noviembre de 2010

El país se cae a pedazos (4)


Irlanda ha caído; pronto sus ciudadanos dejarán de ser tales y se convertirán en ilotas. Los Mercados les obligarán a devolver los 90.000 millones de euros (al 5% de intereses) que les van a prestar para reponer la cantidad similar que se ha ¿esfumado?. La energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. El dinero es energía y sólo cambia de bolsillo. Los nuevos ilotas europeos habrán de abonar 20.000 euros por cabeza, sin contar intereses. El diccionario de la RAE define ilota de la siguiente manera: "Persona que se halla o se considera desposeída de los goces y derechos de ciudadano". Hace unos días, el escritor irlandés Colm Toibin (más que recomendable su novela "Brooklyn") decía: "Un centenar de personas nos han metido en el agujero. Literalmente, media docena de bancos, una docena de promotores y un puñado de políticos son los responsables. Irlanda es una pequeña isla. El primer ministro, el jefe de la oposición y el ministro de Finanzas llegaron a la política heredando el escaño cuando murieron sus padres: capitalismo de clan".
Aquí, el Presidente del Gobierno anuncia que va a convocar a los 25 grandes grupos empresariales del país (¿qué porcentaje del PIB controlan? El 50%) para acelerar la recuperación. La recuperación, ¿de quién? ¿La de ellos? Capitalismo de clan. Luego anuncia: "A los trabajadores les toca una época de contener salario, y a los empresarios, beneficio". De momento sólo hemos visto la primera parte, me parece, porque esos 25 grandes grupos empresariales siguen ganando más y más. Uno de ellos me ha pedido dinero para comprar un banco en Turquía.
Nada importa. El lunes que viene juegan el Barça y el Madrid, creo que al fútbol.

Lo dice Toibin: "Looking at Ireland, I don't know whether to laugh or cry". Si cambio el nombre del país, digo lo mismo.

lunes, 15 de noviembre de 2010

El país se cae a pedazos (3)


En 1976, el 1% de la población de los EE.UU. poseía el 9% de la riqueza. En el año 2009, esa casta de privilegiados es propietaria del 24%. ¿Alguien dispone de este tipo de cifras para lo de aquí? No creo que sean muy diferentes. Leí que apenas 1.000 tipos controlan el 80% del PIB de acá, sin embargo parece obligatorio tener que saquear las conquistas sociales conseguidas con tantos esfuerzos con el fin de pagar una crisis de la que no tenemos la culpa. Nos lo dicen todos los días, para que lo entendamos bien; nadie plantea otra solución. Me pregunto, si en los últimos diez años el PIB ha crecido un 30 ó 40%, es decir, somos un 30 ó 40% más ricos, ¿cómo es que ahora no hay dinero para nada y rondamos la quiebra? Será que los 1.000 tipos se han quedado con toda esa riqueza y no les apetece soltarla. Hace unos días, contaba Rafael Argullol: "El capitalismo, que se ha desembarazado al fin de cualquier contención ética, aparece cada vez más reacio a cualquier ejercicio de calidad democrática y más seducido por la visión mafiosa del mundo". Pues eso.

Los hijos de Dios y las hijas de los hombres


"Cuando los hombres empezaron a multiplicarse sobre la tierra y les nacieron hijas, vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas y tomaron para sí por mujeres de entre todas ellas las que bien quisieron. Dijo entonces Yahvéh: No permanecerá mi espíritu en el hombre para siempre, puesto que él es pura carne. Ciento veinte años serán sus días. Había gigantes en la tierra por aquellos días, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres y ellas les dieron hijos. Éstos son los héroes que fueron desde muy antiguo hombres famosos."

Génesis 6,1-6,4

sábado, 6 de noviembre de 2010

Reconciliación


Sábado por la mañana, una hora poco habitual para que me ponga a escribir aquí. Sin embargo, hoy y ahora es uno de esos extraños momentos en los que me siento reconciliado con la vida. Hace un rato he terminado de leer "Diarios 1999 - 2003" de Iñaki Uriarte. Decir que la obra me ha encantado es decir poco. Su filosofía de vida, ese no desear hacer nada, intentar ser feliz con menos; su sentido del humor y su fina ironía; su sinceridad de niño bien de 57 años que se ha podido permitir cumplir sus deseos en un cierto porcentaje, digo que gracias a todo ello, estos días pasados han sido un deseo de volver a sentarme en mi sillón, en cualquier cafetería, en un banco de parada de autobús, daba lo mismo, con tal de compartir unos buenos momentos con este amigo en que se ha convertido Iñaki Uriarte. Charlar con él a través de sus páginas, olvidarme de todo durante un rato y creer que todo puede ser de otra manera. Charlar con quien estás a gusto. Un placer. Ahora, un fragmento, al azar:

"A veces he mirado con arrobo desde el coche o el tren esas casas en el campo o en los montes y he pensado que sería feliz viviendo allí. Otras me han parecido el último lugar donde viviría, que habría que ser por lo menos Buda o Zaratustra para hacerlo".

Además tengo por delante cuatro lecturas tan atractivas que la indecisión me hace feliz: El sueño del celta, de MVL; Riña de gatos, de Eduardo Mendoza; Algo que brilla como el mar, de Hiromi Kawakami; y siempre, siempre, siempre, Miguel Delibes, esta vez, Diario de un emigrante, relectura después de muchos años.
A veces, durante breves instantes, con insignificancias cotidianas, se puede ser un poco menos infeliz. Sólo a veces, y un rato.

lunes, 1 de noviembre de 2010

El país se cae a pedazos (2)


Cada día me convenzo más de que todo va mal. Esa dinámica, iba a decir extraña pero si lo medito bien no lo es tanto, que ha barrido el mundo (y nuestro país) del todo vale, yo primero y mis intereses conmigo y el resto después o jamás, léase: invasión de países, víctimas colaterales, legalización de la tortura, vulneración de las leyes internacionales, donde dije digo digo diego, máximos beneficios y mínimo reparto o distribución de la riqueza (el número de pobres en la España de la champion ligue de la economía de estos años ha crecido en vez de disminuir), programación basura en la que se motiva la zafiedad y la mala educación y en la que se demuestra que esas actitudes ofrecen réditos suculentos, etc, etc, etc, digo que todo eso ha ido calando en nuestra sociedad. Es algo que percibo a cada momento; estoy absolutamente convencido de que una gran parte de nuestros conciudadanos ha caído en una especie de fascismo individual, algo que ya va más allá del clásico egoísmo. Hace poco me lo decía amigo de los chavales, quienes confunden sus deseos con sus derechos. Pero no son sólo los adolescentes. Desde luego algunos de ellos no tienen problema en emporcar nuestras plazas y calles los fines de semana con el argumento de que la bebida es muy cara en los bares. Es cierto lo último, pero también es verdad que hay papeleras. No importa. Voy más allá, el fascismo llega a los más bajos niveles y detalles de la convivencia diaria, casi se está convirtiendo en una especie de autismo social que nos impide ver más allá de nuestro interés inmediato.

- El vecino aparca su coche en su plaza de tal manera que lo deja a 1,5 cm de tu puerta de conductor. La puerta del pasajero (de tu coche) está a 1,5 cm de la columna. La puerta del conductor del coche de tu vecino está a 1,5 m de su columna. Conclusión: te tienes que venir a trabajar en transporte público. Si se lo reprochas al vecino, con mucha suerte obendrás una mirada de incomprensión y un encogimiento de hombros. ¿Y a él qué le cuentas?

- Un tipo aparca su coche bajo una señal de prohibido aparcar manejando el volante con lo que deben ser muñones. Deja el sitio justo para pasar y yo lo hago despacio tratando de no joder mi coche, el suyo o el de el otro lado (correctamente aparcado, por cierto). Cuando lo he conseguido, aprecio por el retrovisor al individuo, ya fuera del coche, haciendo gestos "ostentóreos" en el sentido de que hay sitio de sobra para pasar. Los dos vehículos que lo hacen a continuación obran como yo, lo cual me tranquiliza. Por supuesto el energúmeno no retira su vehículo. Los municipales, al llamarles, se me ríen en la oreja.

- Estoy comprando un par de lamparas. Una amable, preciosa, suculenta y pelirroja señora me atiende, todo sonrisas ella. En ese momento entra una pareja joven y de vestimenta progre y alternativa con un niño mutante en su cochecito y comienzan a interpelar a la dependienta sobre unos apliques en los que están interesados. Piden catálogos, piden verlos in situ, el niño, ya libre de sus correajes, corretea, ellos le gritan, pero sin moverse del mostrador, del cual me han apartado impunemente. ¿Acaso soy invisible o ellos son autistas? ¿No se han dado cuenta de que me estaban atendiendo a mí? Quizá me falte personalidad.

- Estoy tomando un café. En el local las conversaciones son susurradas. Una música suave nos mece a todos. En ese momento, cuando acabo de volver la página de mi libro, entran dos tipos hablando a voces y compartiendo sus pensamientos con los restantes parroquianos, aunque nuestro interés sea nulo. ¿Se percatan ellos del silencio y se obligan a hablar más bajo? ¡Ja! ¿Y quién les dice que por favor bajen el volumen? Nadie, por supuesto. Ellos tienen derecho.

- Un tipo se cambia de carril sin dar intermitente y aún te hace gestos, de nuevo "ostentóreos", porque no eres telépata y no le has cedido el paso como hubiera correspondido, no a las normas de tráfico, sino a su capricho y voluntad.

- El vecino de arriba, no contento con arrastrar sus muebles de un lugar a otro cada día, obliga a sus niños a correr, saltar, berrear, gritar (jaleados por su mamá y él mismo) todos los fines de semana desde las ocho de la mañana . ¿Acaso piensa en su infeliz vecino del 2º B? La respuesta es obvia. Una tímida tentativa de hacerle ver lo molesta que puede llegar a ser la situación se traduce en una obscenidad, una puerta a dos centímetros de mi nariz y más ruido.

- La vecinita del 5º A sale del ascensor -tan mona y pizpireta ella- cada mañana, fumando.

- Etc.

Todos estas pueden ser consideradas sólo como manifestaciones puntuales de mala educación. Desde luego son mala educación, pero creo que son síntomas de una grave enfermedad que nos empieza a afectar con intensidad. El contagio avanza con rapidez. Siempre ha habido gente grosera, pero su incremento en porcentaje es evidente. Y recordemos que el diez por ciento de una población puede joder la convivencia de un país entero si se pone a ello. La base ideológica del fascismo son la mala educación y la falta de respeto a los demás; éstas están ahí delante, dispuestas a asaltarnos sin que haga falta que las provoquemos siquiera. Me pregunto: si hasta hace poco, tiempo de vacas gordas, las cosas han sido así, ¿que comenzará a suceder a partir de ahora? ¿Llegará la humildad o todos querremos mantener nuestras cotas de mala educación a costa de lo que sea? Me temo lo peor. Hace poco leía a un reputado economista que aseguraba que es más importante dejar un país con educación que sin deudas. No llevamos buen camino.