domingo, 29 de noviembre de 2009

La sonrisa de Holofernes /1

El silencio se derramó sobre el campamento al llegar la noche; de vez en cuando una orden susurrada se deslizaba entre las tiendas. Cuando la luna se escondiese, desde el interior de los muros de Betulia se elevaría el murmullo amorfo de la alabanza de su pueblo a Dios. Judit miró a su izquierda, donde yacía el cuerpo dormido del general Holofernes; acarició al pecho limpio y robusto, sus dedos se deslizaron por el vientre musculoso y con un leve movimiento hizo que la sábana se deslizara hasta el suelo. Sus ojos se pasearon entonces por el espléndido cuerpo desnudo del hombre. Después, se levantó despacio de la cama, tratando de no alterar el sueño de su amante, y dio unos pasos hacia la entrada del aposento. En el cielo, las estrellas le suspiraron el tiempo que faltaba para el amanecer del cuarto día. Se giró y envidió el rayo de luna que perfilaba el semblante del general dormido. Se preguntó si aquel hombre merecía morir esa noche.

Aspiró el aire tibio de la madrugada en el que se mezclaban el olor a sexo, sudor y aceites perfumados. Olía a sueño. Olía a amor. Olía a confianza. Y a traición. Bajó los párpados y volvió a ver al soberbio guerrero que la había recibido tres días antes, con la tez tostada del rostro alumbrándose con un rubor impropio de un general. Recordó el fuego que le subió desde el estómago y le incendió la frente, el mismo fuego que ardía en la mirada del hombre, los ojos brillando con el reflejo de los collares, brazaletes, anillos y pendientes que adornaban su cuerpo ungido de perfumes. Recordó los dedos poderosos que se desprendieron del pomo de la espada y volaron hasta su larga cabellera, el tacto abrasador de las manos sobre sus hombros desnudos cuando impidió que ella se le postrara a los pies. Volvió a ver su propio rostro, su blancura reflejada en la cobriza coraza del guerrero, los ojos negros, los labios húmedos —entreabiertos en una sonrisa cargada de dudas y deseo—, cincelados en el pecho dorado del general.

Imagen: Judit - Gustav Klimt


martes, 24 de noviembre de 2009

... de Levi


"Aquí, alejados momentáneamente de los insultos y de los golpes, podemos volver a entrar en nosotros mismos y meditar, y entonces se ve claro que no volveremos. Hemos viajado hasta aquí en vagones sellados; hemos visto partir hacia la nada a nuestras mujeres y a nuestros hijos; convertidos en esclavos hemos desfilado cien veces ida y vuelta al trabajo mudo, extinguida el alma antes de la muerte anónima".

Primo Levi

"Debemos desconfiar de la inteligencia y de la conciencia, y poner toda nuestra fe en los instintos".

Adolf Hitler

sábado, 21 de noviembre de 2009

Angustia

Las ganas de fumar no regresaron hasta que estaba anocheciendo, cuando su esposa telefoneó para informarle de que, en efecto, pasaría la noche en la capital. Estuvo varias horas ante el televisor, aburrido, tratando de evadirse de aquel nuevo y desasosegante deseo, de no pensar en lo delicioso que era el sabor de un cigarrillo después de la cena, hasta que pasadas las doce se fue a dormir. A las tres de la mañana continuaba dando vueltas en la cama sin conciliar el sueño, luchando contra su mente desbocada, pendiente además del reloj, de que llegase la hora en la que su vecino se encontraría de nuevo al otro lado de la pared. Apenas escuchó el portazo en la escalera, le pareció que las paredes del dormitorio comenzaban a destilar un penetrante a olor a ceniza. Sabiendo que era perverso, aspiró muy hondo varias veces, como si quisiera llenarse de aquella emanación hasta rebosar, asegurarse de que estaba allí, flotando en la penumbra grisácea y no en su cabeza como el fruto disparatado de su insomnio. Se encogió entre las sábanas, en un vano remedo de sus ritos infantiles, cuando sabía que sólo ellas podían protegerlo de los fantasmas que lo acechaban en la oscuridad; ahora también lo protegerían de los ojos que lo acechaban desde el otro lado del tabique.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

... de Auster


"Aquella fue mi guerra. No una de verdad, quizá, pero cuando se es testigo de una violencia a esa escala, no es difícil vislumbrar algo peor, y una vez que la mente es capaz de representarse algo así, se comprende que el terreno que se pisa está abonado con las peores posibilidades de la imaginación. Si puede pensarse, es fácil que ocurra".

Paul Auster

domingo, 15 de noviembre de 2009

RadioLac /y 2


"Los hombres son extraños.
Cometen las peores acciones sin formularse demasiadas preguntas,
pero luego no pueden vivir con el recuerdo de lo hecho".
Philippe Claudel

... La noche se aproxima. La tristeza nos condena a muerte y en mi mano ya tengo una pistola recortada en lágrimas. Llorad, porque la música está punto de ser desterrada de nuestras vidas. Y la poesía, y todas las palabras que aletean en nuestros ojos y nos ayudan a pensar y a soñar. Los blindados del Papa han atravesado ya la frontera y dentro de poco rugirán en nuestras calles. Mañana ya no estaremos juntos. Tal vez seamos afortunados y nuestra muerte sea rápida. RadioLac no tiene derecho a poseer un alma; eso dicen encaramados en sus tanques los apóstoles de la nueva religión. Pero nuestra alma habéis sido vosotros. Estaremos en vuestra memoria. No nos olvidéis.

Última emisión de RadioLac

jueves, 12 de noviembre de 2009

Giordano Bruno


"Si Dios es infinito, y sus poderes son infinitos, entonces debe haber un número infinito de mundos".

Giordano Bruno

martes, 10 de noviembre de 2009

RadioLac /1


"La muerte no es exigente.
No pide ni héroes ni esclavos.
Se come lo que le dan".

Philippe Claudel


Preparad vuestras banderas para recibir a los nuevos cruzados, buscad vuestras prendas de luto porque el funeral se aproxima. Esta vez nos toca a nosotros. Sí, somos importantes, nuestra ciudad ha sido durante mucho tiempo un símbolo de la civilización, por eso nuestra pena será más dura. No esperéis nada, simplemente tratad de morir con dignidad, y recordad: lo que nos van a ofrecer no lo es, no es digno. La aberración jamás podrá serlo. Ayer había en el mundo decenas de miles de seres humanos más que hoy; ahora son almas benditas que han partido a la espera del Señor, ha dicho Su Santidad, porque todos aceptaron el sacrificio y la vida eterna. Pero hoy sólo tenemos seguro el sacrificio. Ya sabéis lo que eso significa y si no, no importa. Mañana las banderas negras ondearán en el Estadio de Rouen. Será un hermoso contraste con la pureza de la nieve, ya lo veréis. Sobre nosotros se ha posado el ave oscura del fanatismo y la irracionalidad...

Última emisión de RadioLac

domingo, 8 de noviembre de 2009

... de Claudel


"Durante noches así he aprendido que los muertos nunca abandonan a los vivos. Se reencuentran sin haberse conocido. Se reúnen. Vienen a sentarse al borde de nuestra cama, nos acarician la frente, a veces incluso pasan su desollada mano por nuestras mejillas. Intentan abrir nuestros párpados y cuando lo consiguen, seguimos sin verlos."

Philippe Claudel

viernes, 6 de noviembre de 2009

Brevedades fantásticas /y 5


LA MUJER se acercó la taza a los labios. Apenas había dado un sorbo a la infusión hirviente, cuando uno de sus ojos le resbaló por la mejilla y se sumergió en el líquido humeante. Apurada, dejó la taza sobre la mesa, y agitando los brazos, empezó a gritar: “¡Me quemo, me quemo!”

miércoles, 4 de noviembre de 2009

... de Flaubert




"La vida es una cosa horrible. Es como una sopa en la que flotan muchos pelos, y que no hay más remedio que comerse".

Gustave Flaubert

lunes, 2 de noviembre de 2009

Brevedades fantásticas /4

EL CARTERISTA se aproximó con disimulo a su víctima. Se detuvo detrás de ella y con un ágil aletear de dedos abrió la cerradura del bolso. Despacio, muy despacio fue introduciendo la mano en él y comenzó a tantear en su interior. De repente un tremendo escozor le atenazó la muñeca. El semáforo cambió y la señora del bolso empezó a caminar mientras le lanzaba una mirada. Una sonrisa irónica asomó a los labios de la mujer. El carterista quiso gritar que le robaban la mano, pero cayó al suelo antes de poder hacerlo, muerto de vergüenza.