viernes, 30 de julio de 2010

Aguas oxidadas


Las viviendas se asoman desde las laderas de los montes hacia la gran vena abierta, se agrupan como si buscaran protección, temerosas de ser también ellas engullidas y arrastradas hasta lo más profundo de aquel extraño infierno de aguas oxidadas. Desde las ventanas se siente su pulso golpeando los cristales; con cada latido las gotas de agua que los recorren se aceleran un poco más hacia los marcos y se deslizan hacia la calle, sobre los paraguas que se arremolinan en las aceras. Y allí, niños con impermeables bajo los que asoman los faldones azules o rosas de sus batas de colegiales. Niños que todavía no se han vuelto grises. Todavía. Algún coche salpica en los charcos para perderse después entre la bruma. Los charcos son siempre los mismos, todos saben dónde nacen, todos conocen la geografía líquida de la ciudad; a través de ella se apresuran ya los niños porque la sirena de las escuelas clama como si fuera un barco entrando en puerto. Un barco, esa es la imagen a la que se asemeja el colegio que se alza en la cumbre del monte, más allá de donde acaban las calles y los edificios, un enorme barco encallado y herido que solicita la ayuda de su diminuta tripulación.

domingo, 18 de julio de 2010

Barataria. Literatura en La Granja. Nº 7





¡Ya a la venta el nº 7!

¡En todos los kioskos y librerías del mundo!

sábado, 10 de julio de 2010

Ich will

... Después pensé que todas estas situaciones de crisis sociales, económicas, etc suelen acabar de la misma manera, con guerras, revoluciones y gran efusión de sangre. Me dije, cojonudo, es lo que hace falta, una buena limpieza. Sin embargo, continué reflexionando. No sé si os habéis fijado en la profusión de grafitis que hay en M.; es increíble. ¿Quién les ha hecho creer a esos individuos que son artistas? Además de los grafitis, también podemos comprobar que las aceras continúan llenas de cacas de perros. Los animalitos siguen sus instintos, pero ¿qué decir de sus dueños? ¿O son ellos los que cagan en medio de la acera? Por el tamaño de la mierda a veces a uno le entran las dudas. Sigo con mis elucubraciones. ¿Os habéís percatado de los olores a meados que invaden muchas zonas de nuestras ciudades? ¿Qué clase de gente es esa que mea a dos metros de donde se está pimplando un kalimotxo, siempre en medio de la puta calle, por supuesto? Ya digo, pensé en todo esto y llegué a la conclusión de que en esa guerra y/o revolución sangrienta el que la va a palmar voy a ser yo, y estos mastuerzos grafiteros, cagones, meones y borrachos serán los triunfadores. No os riáis, esto ya ha pasado. En Alemania en 1933.

domingo, 4 de julio de 2010

Deja que pasen


Deja que pasen estos días,
deja que pasen estos años,
y entretanto
agradece el regalo de la luz
del cielo de diciembre,
tan discreta
que es casi sólo transparencia,
no ofende y es muy bella.
Deja que pasen estos años,
son pocos ya,
sé paciente y espera
con la seguridad de que con ellos
habrá pasado
definitivamente todo.

Ángel González

sábado, 3 de julio de 2010

There ain't no tits on the radio


Cause you can't see tits on the radio
I'll give you five fingers for a one man show
Fasten those pants for the lap dance
Take a shot now this may be your last chance