viernes, 28 de diciembre de 2012

sábado, 15 de diciembre de 2012

Relatos de La Granja


A la venta dentro de pocas semanas. 
Aquí podréis leer algunos de mis relatos:
El mendigo
Nostalgia en rojo y gris
Radiolac
Reencuentro


martes, 20 de noviembre de 2012

Falangista


Cavando letrinas, así vamos a acabar con estos neoliberales que nos joden la existencia.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Bereit


Ayer, cuando la manifestación en contra de los desahucios pasaba a la altura del edificio del BBVA en la Gran Vía, me acordé de este vídeo de Rammstein. Quizá sea la única manera...

domingo, 11 de noviembre de 2012

... de Horacio


Si una fuerza prematura se lleva en ti una parte de mi alma, ¿qué hago yo, que soy la otra, la menos amada, y que no entera sobrevive? Un día mismo traerá a ambos la ruina. No, no será pérfido el juramento hecho. Adondequiera me precedas, los dos iremos, ambos iremos, caminantes dispuestos a hacer juntos el viaje sin retorno.

Material antidisturbios vs. Desahucios



La mierda de clase política que sufrimos en este país está tan ocupada en satisfacer sus propios y miserables intereses que olvida cual es su función. No les hemos elegido para que pierdan su tiempo diciendo que pierden los iPad que les pagamos. Después de miles de desahucios han sido necesarios varios suicidios para que se den por enterados. Ni las recomendaciones de los propios jueces acerca de la ley que se aplica, prácticamente decimonónica, ni las de la UE haciendo ver que la citada ley va en contra de las normativas europeas. Nada, ellos a lo suyo, los iPad y obedecer a sus amos, los bancos. Por cierto, los mismos bancos que hacen caso omiso del pliego de buenas prácticas que se comprometieron a seguir, bancos que con sus prácticas fraudulentas han originado el monumental desaguisado en el que nos hallamos, bancos a los que tenemos que ayudar con nuestro dinero para que ellos puedan continuar desahuciándonos. En realidad, resulta increíble.
Pero, por fin, con los muertos estampados sobre el asfalto, cuando ven que la sangre les mancha la suela de sus zapatos, nuestros representantes deciden hacer algo. Parece que relacionado con los desahucios. Puede ser, tienen miedo a la crispación social, es decir, a la mala hostia que se nos está poniendo ya a todos. De todas formas, no pierden el tiempo: hay un dato poco conocido, pero que si buscamos en los Presupuestos Generales del Estado encontraremos, a saber, que el gasto en material antidisturbios para la policía subirá en 2013 desde los 178.000 € hasta más de tres millones. Este dato frío es el que describe su auténtica catadura.
Como algo no cambie, estamos jodidos. Todos. También ellos.

domingo, 4 de noviembre de 2012

El viaje de los amantes




No llegaré a sugerir que los amantes deberían reunirse en los aniversarios de su encuentro para celebrar el acontecimiento y recordar los momentos que vivieron juntos. Pero deberían esforzarse por sobreponerse a la amargura de la separación para conservar toda la vida un recuerdo enternecido de su "viaje".

De "Los desorientados" de Amin Maalouf

miércoles, 31 de octubre de 2012

Endura (+)


Destrozaron las placas de las calles, las tirotearon, las arrancaron y luego las arrojaron bajo las cadenas de los tanques. A los pocos días también borraron el nombre de la ciudad. Y bastó eso para matarla porque las ciudades son como los dioses, que mueren cuando sus creyentes olvidan cómo invocarlos. Y ya nadie quiso continuar viviendo allí, y pronto sus avenidas se cubrieron de polvo y huesos, sus edificios se derramaron en escombros y solo hubo silencio.

lunes, 29 de octubre de 2012

El dinero es deuda



¿Alguna vez os habéis preguntado cómo se crea el dinero? Seguro que no, sin embargo os aseguro que la respuesta es aterradora. Este sencillo e instructivo vídeo ilustra esta cuestión; después de verlo seguramente ya no podréis volver a dormir a gusto.
Ya me diréis. En cualquier caso, por favor, difundidlo entre vuestros amigos y conocidos y amigos (es un decir) del Facebook.

domingo, 21 de octubre de 2012

La Doctrina del Shock



Hay que escucharlo con atención.

domingo, 14 de octubre de 2012

Mierda petrificada


Hace unos días leía que los últimos versos que escribió el poeta ruso Maiakovski antes de suicidarse hablaban de "la mierda petrificada del presente"... Me parecen tan de actualidad...
El sábado, Manuel Rivas hablaba en su artículo en EL PAÍS del síndrome del fuck off, esa formulación canallesca que hace la derecha que nos gobierna de la crisis y de los que la padecemos: "¡Que se jodan!"; "Las leyes son como las mujeres, están para violarlas"; "Perros que ladran su rencor por las esquinas" (esta es mi preferida, tiene un cierto tono poético); "Tampoco a los conejos se les consulta la Ley de Caza"; "Mayoría silenciosa" (esta es de un cinismo que asusta). Y lo más grave es que a estos tíos los hemos elegido nosotros, lo cual no dice demasiado en nuestro favor. En fin, lo que decía el poeta, una mierda de presente, y además petrificada.

lunes, 8 de octubre de 2012

Las identidades asesinas



Hace ya tiempo dijo Unamuno que el nacionalismo era una enfermedad que se curaba viajando. La aseveración continúa siendo válida, aunque habría que añadir que no basta con viajar, además hay que tener los ojos de la mente y el entendimiento abiertos para darnos cuenta de que las personas son iguales en todas partes, se ríen de lo mismo, aman las mismas cosas, lloran de la misma manera cuando mueren sus hijos, sus padres sus esposas o maridos. Sin embargo, hoy más que nunca, parece que arrecia el viento del nacionalismo; los políticos de aquí y allá se envuelven en las banderas de las esencias patrias (¡qué más da la patria que sea!) y nos explican con vehemencia la importancia de vivir en un Estado donde prime por encima de todo una identidad, la que ellos preconizan, y el rechazo a todo lo demás. Aquí mismo, muy cerca, los gobernantes de Gipuzkoa han decidido que a partir de ahora sus ruedas de prensa serán en un único idioma, el del país; el castellano es una lengua extranjera e impuesta. No hace muchos meses, en Cataluña, me topé con varias personas que no es que no quisieran contestarme en castellano, es que no sabían hablarlo aunque lo entendieran. Todo es absurdo. Hay un libro de Amin Maalouf que recomiendo, “Las identidades asesinas”, lectura que debería ser obligada para los políticos aprendices de brujo de este país que se cae a pedazos. Nuestra identidad, la de cada uno de nosotros, y la de un pueblo por añadidura, se compone de múltiples facetas; aceptarlas y cuidarlas, hacerlas crecer y que cada una de ellas se convierta en una parte insustituible de nuestra esencia es fundamental para desarrollarnos como seres humanos. Rechazarlas todas menos una y enrocarnos en esa única faceta (elegida o impuesta) es apostar por el suicidio cultural y por la violencia a medio plazo. ¿Por qué pudiendo vivir en un país donde todos fuésemos capaces de ser bilingües con naturalidad y sencillez, sin renunciar a nada, nos esforzamos por caminar por la senda de una crispación próxima? ¿Por qué nuestros políticos trabajan para empobrecernos intelectualmente? ¿Tan precaria es su inteligencia? ¿Tan idiotas nos creen? Quizá a ambas preguntas la respuesta sea afirmativa. ¿No se dan cuenta de lo fácil que es incitar al odio y la violencia a la masa, sobre todo cuando se ve peligrar esa prosperidad real o ficticia de la que disfruta? La culpa es del otro, siempre.
Todos los nacionalismos son peligrosos porque se generan por oposición al otro, y no nos engañemos: cuanto mayor es la nación, más peligroso es su ejercicio del nacionalismo. Los nacionalismos vasco y catalán toman una deriva preocupante, pero serán nada al lado del siempre omnipresente nacionalismo español. Por favor, lean a Maalouf. Pronto.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Insania


Hoy mismo me he encontrado con estos versos de Machado; creo que se los voy a dedicar la lideresa recién dimitida en agradecimiento por librarnos de su insania por no decir directamente de su hijoputez.
Ahí van:


“Este hombre no es de ayer ni de mañana 
Es un fruto de la cepa hispana 
No es una fruta madura ni podrida 
Es una fruta vana”

jueves, 13 de septiembre de 2012

SIn embargo se mueve


El próximo miércoles día 19 de septiembre, a las 19h en la Casa del Libro de Bilbao, presentamos nuestro último libro: 

Sin embargo se mueve

Estáis invitados todos aquellos que deseéis pasar un buen rato, disfrutar de una charla amena, de unas lecturas absorbentes, de un cuentacuentos que carga de emoción sus actuaciones.

Os esperamos.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Trotaconventos



“Urraca só, que yago so esta sepultura,
en quanto fui al mundo, ove viçio e soltura,
con buena rasón muchos casé, non quise locura,
caí en una hora so tierra del altura.

Prendiome sin sospecha la muerte en sus redes,
parientes et amigos, ¿aquí non me acorredes?
Obrad bien en la vida, a Dios non lo erredes,
que bien como yo morí, así todos morredes.

El que aquí llegare ¡si Dios le bendiga,
e si l' dé Dios buen amor, et plaser de amiga!,
que por mí pecador un Paternoster diga,
si desir non lo quisiere, a muerta non maldiga.”

Juan Ruiz, Arcipreste de Hita

sábado, 8 de septiembre de 2012

Un instante


Él vendía billetes para el tren turístico de la ciudad. Ella era barrendera. Se vieron una tarde, en la plaza donde ambos trabajaban. Él con una ridícula gorra roja de revisor de tren, siempre atento a las manos que le entregaban unas cuantas monedas y billetes, su desvaída sonrisa derrochada en unas pocas docenas de frases sin sentido. Ella aferrada a su escoba gigante, pendiente del suelo que rastrillaba y de los pies de los transeuntes, ajena a los rostros que se movían a su alrededor.
Esa tarde, una moneda se le escapó entre los dedos y rodó por el suelo de granito hasta acabar bajo las púas de la gran escoba. Cuando ella se agachó para recogerla, apareció la mano de él junto a la suya y por primera vez sus ojos se miraron. Fue solo un instante. Un hombre se detuvo junto a ellos, aún inclinados, sus piernas casi rozándolos. Encendió un cigarrillo, dejó caer el paquete vacío y arrugado al suelo, entre sus zapatos, y continuó su camino. Ella desvió su mirada hacia el despojo. Él recuperó la moneda y balanceó la campana que anunciaba el comienzo de un nuevo viaje.

viernes, 3 de agosto de 2012

Hopper



"Dos comediantes" fue el último cuadro que pintó Edward Hopper, allá por 1965 con 83 años. En él, dos comediantes que no son sino él mismo y su esposa (modelo de las mujeres que aparecen en la mayoría de sus cuadros) aparecen en el escenario para despedirse del público de este teatro que es el mundo. Por entonces ambos estaban muy enfermos y morirían unos meses más tarde. Un guiño irónico y sutil. El cuadro debe ir acompañado de unos frases del poeta Robert Frost citadas por el mismo Hopper: "Me voy, zarpo ahora, y podría volver si no me siento satisfecho con lo que he aprendido al haber muerto".
Si podéis, id a ver la exposición sobe Hopper en el Museo Thyssen, merece la pena. Mucho.

lunes, 16 de julio de 2012

Que nos jodamos



El país se cae a pedazos, tanto que ya hasta el idioma están olvidando algunos. Ni conjugar un verbo saben nuestros políticos, o lo que es peor, interpretar el significado de su conjugación.

Una de nuestras representantes en el Congreso proclamó durante el último pleno el famoso “¡Que se jodan!” A partir de aquí comienzan las disculpas y justificaciones, incluidas las propias y las de su ilustre papá. Que no, que no se refería a los parados, que su exabrupto iba dirigido a las bancadas socialistas. Y se quedan tan frescos. Si así hubiese sido, la señora diputada hubiera gritado “¡Que os jodan!” Elemental. Cualquier otro razonamiento ofende a la inteligencia. Claro que esto último no abunda. No, la señora Fabra dijo lo que quería decir, dijo “¡Que se jodan!”, es decir, que nos jodamos los españoles que no podemos vivir de los múltiples premios de lotería que su afortunado padre ha tenido la suerte de que le toquen. Que nos jodamos todos aquellos que vemos como el futuro del país se está yendo por los retretes de la ineptitud de nuestros representantes. Bien es cierto que no somos del todo inocentes de lo que sucede, hemos pecado al creernos que éramos ricos cuando en el fondo seguíamos siendo los parientes pobres del pueblo. Nos engañaron y nos dejamos engañar. Pero en primer lugar nos engañaron, y fuimos tan pobres de espíritu que con las migajas que nos arrojaron nos pareció que tocábamos el cielo. Pero ahora esa es otra historia llena de matices que merece capítulo aparte. Sí, que nos jodamos, esa es la conclusión de este cuento sin final feliz.

Nos joderemos, ya lo estamos haciendo, pero también debemos protestar. Estoy harto de todos esos que alegan que ya está bien, que hay que ver el lado positivo de la vida, que la selección ha ganado, que no podemos estar todo el día dándole vueltas a lo mismo. Bueno, que se lo digan al que no tiene trabajo ni prestación por desempleo a ver cuándo deja de pensar en ello. Pues no, señores, no debemos dejarnos idiotizar, tenemos que pensar, reflexionar, razonar el porqué de que los recortes sean de 65.000 millones de euros, justamente la misma cantidad que se ha determinado como posible agujero de la banca. Debemos analizar el porqué de que nosotros (es un decir) hayamos tenido que definir un plan de austeridad para que nos den el dinero y salvar con él a los bancos y ellos, sin embargo, aún no hayan presentado ninguno, ellos que tantos avales nos piden para prestarnos miserias con usura cuando no engañarnos directamente. Pensemos en ello y después, protestemos.

miércoles, 20 de junio de 2012

Me declaro defraudador



Estimados señores del Gobierno, por favor, tomen nota: a partir de este momento me declaro defraudador fiscal. Les ruego que, de acuerdo a las leyes por Vds. elaboradas, informen al Ministerio de Hacienda de que solo voy a tributar el 10% de mis ingresos.
Muy amables.
Suyo afectísimo,
B.

lunes, 11 de junio de 2012

¿Será algo congénito?


Ya nos han rescatado, sin embargo el gran artífice de todo esto tuvo el domingo pasado la desfachatez de decirnos que él (él) ya había resuelto el problema y que se largaba a Polonia a ver el partido de la selección. ¿Sería demagógico preguntar cuánto nos ha costado el viajecito de nuestro Líder? Hay cosas que no se recortan, la estupidez y la desfachatez entre ellas.


Es una ayuda, dicen. Nos ha tocado la lotería. Se acabaron las angustias, vocean. No sé, la prima de riesgo sigue donde estaba, la Bolsa vuelve a bajar. ¡Ah!, es que en Bruselas han dicho que si no hay más reformas (o sea, recortes) no hay pasta. Claro, es que este Gobierno, a fuerza de pensar que todos los ciudadanos de este país somos idiotas y tratarnos como tales (al fin y al cabo, los hechos le dan la razón, mayoría absoluta y todo eso) se han pensado que por ahí fuera también lo son. Y no, no lo deben ser. Más recortes en pensiones, en los subsidios al desempleo, más IVA... Que se sepa. Curioso e interesante. El detonante final del rescate ha sido la mangancia en Bankia. La "ayuda" es para recapitalizar la banca en su conjunto (40.000 millones según el FMI) pero los que nos tenemos que apretar el cinturón somos los ciudadanos con una nómina. Ellos no por mucho que digan que los accionistas no van a cobrar dividendos y bla bla bla. No van a cobrar este año y el que viene, si acaso, pero el IVA me lo van a subir para siempre. Es un despropósito todo lo que está sucediendo. Ya lo dice Paul Krugman hoy mismo:


"Vaya, otro rescate bancario, esta vez en España. ¿Quién lo habría imaginado?
La respuesta, por supuesto, es que todo el mundo. De hecho, toda esta historia empieza a parecerse a un manido número de comedia: una vez más la economía se hunde, el paro se dispara, los bancos tienen problemas, los Gobiernos se apresuran a acudir al rescate; pero, por alguna razón, se rescata solo a los bancos, no a los parados".
Pero no pasa nada porque hay fútbol todos los días de la semana, y tenis y Fórmula 1 y todo el jodido país parece idiotizado. Y por si acaso a alguno se le pasan los efectos de la estupidez inducida o congénita (que uno ya tiene dudas), la señora Aguirre ya ha llenado el centro de Madrid de policías. 
Ya no estamos al borde del abismo, ahora estamos en caída libre y el suelo se acerca con mucha rapidez. Lanzo una pregunta: ¿cuántos consejeros de administración de bancos van a cesar de aquí a seis meses? ¿Cuántos empleados de banca se van a quedar en la puta calle?

miércoles, 18 de abril de 2012

Estupidez



Nuestro querido Presidente Rajoy dijo ayer que nuestro país dispone del capital más importante para superar la crisis: españoles. Esto debe querer decir que estamos muy, pero que muy jodidos si  ya hemos llegado ese nivel de estupidez en las declaraciones. Ni ocurrencias tienen ya en la cartera.
Poco a poco nuestro Gobierno va demostrando que no disponía de programa alguno de gestión para atacar la crisis más allá del recorte salvaje e indiscriminado de presupuestos, en especial en aquellas áreas más sensibles, y de más peso también que para eso se supone que vivimos en un “estado del bienestar”:  Sanidad y Educación. Detrás, frotándose las manos, la enseñanza privada dispuesta a crecer aún más, las universidades privadas solo para privilegiados, la compañías de seguros médicos y la industria farmacéutica siempre al acecho de nuestra salud. Todo muy neoliberal. Y como gran vedette, el señor De Guindos, presunto delincuente según Mr. Obama quien ya dijo que los máximos responsables de Lehman Brothers deberían sentarse en el banquillo de los acusados después de la que habían montado. Recordemos que nuestro ministro de Economía era presidente del citado banco en la Península. Ya se ve, del paro al Gobierno. Y si ha llegado a tan alta magistratura no es para otra cosa que para defender los intereses del mundo del que viene, no del pueblo al que se supone que representa, y del mundo al que regresará cuando acaba su faena. De momento lo está haciendo bien, cumpliendo los preceptos de su ideología a rajatabla. No nos engañemos, las cosas jamás volverán a ser como fueron. A estos tipos les interesa que haya cinco millones de parados, es una forma de abaratar el coste de la mano de obra. A cambio se les otorga un subsidio de desempleo para que no estalle el país y asunto arreglado. El subsidio lo vamos a pagar los de siempre, es decir, los que cobramos una nómina y pagamos impuestos. Los que cobran de otras maneras y se las apañan para pagar lo mínimo posible no contribuirán demasiado a ello. ¿Lucha contra la delincuencia fiscal? ¿Para qué? Resultado: subida del IRPF a los de siempre, bajada de sueldo a los de siempre, amnistía fiscal a los que pueden defraudar. Y así ad infinitum.
De todas formas es este un juego peligroso que puede acabar mal para todos. La línea entre la fina estrategia y la simple estupidez es muy delgada (vean a nuestro querido Rajoy balbuceando bobadas mientras De Guindos dice que hay que ir a por el medicamentazo. Rajoy lo descarta y una semana más tarde ya está en la antesala del Consejo de Ministros. Y etc, etc, etc… Está claro quién manda en el Gobierno). Pueden pasarse de frenada, acaso ya lo hayan hecho, y entonces esos Mercados etéreos nos  gobiernan por jeta interpuesta se irritan porque tanto recortar a ver si va a suceder que la economía acaba hundiéndose. Se publican los Presupuestos y quince días después los amortizan con una improvisación nueva: vamos a recortar 10.000 millones en Sanidad y Educación. Así, otra vez demuestran que no tenían programa ni idea de qué hacer. O quizá sí, quizá siguen unas órdenes secretas, acaso detrás hay un plan oculto para el dominio mundial.  No olvidemos que el ansia desaforada de riqueza ya nos ha llevado a donde estamos. La avaricia también debe generar estupidez. Antes pensaba en conspiraciones y golpes de estado, sin embargo el otro día leí el principio de Hanlon, que dice así: No atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez.
Mientras tanto seguimos hablando del rey, su cadera y  su elefante, de hacerse un Froilán  y de declararle la guerra a Argentina. ¿Cortina de humo o simplemente va a ser que la estupidez es contagiosa?

lunes, 26 de marzo de 2012

La tienda de la esquina


Cuántas veces no nos ha sucedido que a fuerza de pasar por delante de un determinado lugar dejamos de percibirlo, simplemente desaparece de nuestra memoria aunque en el mundo real permanezca inmutable. “Novedades Fernández”, así se llamaba la pequeña y destartalada tienda de ropa que llevaba años sin ver, los mismos que llevaba bordeando la esquina donde se agazapaba su puerta, ahora como siempre de madera desportillada y con el cristal oscurecido por una persiana de lamas de plástico. En un lateral del escaparate, un cartel: “Vendemos uniformes de colegio…”, y a continuación una lista con todos los centros de la población, entre ellos el suyo, el de su infancia. En aquel comercio le había comprado su madre una bata azul cielo y su primer uniforme: calcetines negros, camisa blanca, pantalones color crema, jersey marrón; recordaba el momento con una claridad que minutos antes no hubiera pensado posible. Y al señor Fernández también. El señor Fernández, calvo, de piel pálida, casi traslúcida, donde se le dibujaban las venas como misteriosos ríos que siempre tropezaban con una enorme montaña rojiza: el quiste que tenía junto a la sien derecha, grande como un huevo de codorniz, palpitante como si quisiera romper la piel que le mantenía prisionero sobre aquel cráneo pelado. El señor Fernández y su hijo, igual que el padre, pero sin aquel abultamiento fascinante y solar, y con una voz aflautada que ahora, en la memoria, se le antojaba afeminada y repleta de inflexiones lúbricas. Esa mañana, en el trabajo, se había dado cuenta de que era incapaz de recordar si la tienda seguía existiendo. Cada pocos minutos su imaginación volaba hacia el lugar; unas horas antes había caminado por delante aquella esquina, pero por mucho que se esforzaba no lograba atrapar un recuerdo cercano que resolviese su duda. La tienda del señor Fernández se había convertido en una repentina y estúpida obsesión, un fantasma escurridizo que le contemplaba burlón desde algún recodo de su mente.
Sin embargo, allí estaba. Se aproximó a ella dominado por una fascinación que no comprendía; sus ojos se clavaron en la batas infantiles, en los jerseys de niño y de abuelo, en unas novedades que quizá lo fueron hacía muchos años. Atisbó entre maniquíes contrahechos y cubiertos de eczemas; sí, el mismo mostrador de madera pulida, el mismo metro de tela clavado en el borde, el mismo hijo del señor Fernández con la misma sonrisa melosa e inquietante que recordaba de su infancia, hoy con una calva tan brillante como la de su padre. Fue entonces cuando se fijó en su propio reflejo en el cristal del escaparate, en aquel hombre que hacía mucho había dejado atrás la niñez, en su mirada sin brillo, como si no reconociera a su dueño; en las comisuras de sus labios derramadas sobre el mentón, rígidas después de haber olvidado la sonrisa. Era un espíritu que regresaba después de un largo viaje inútil y sin sentido. Morirse debía ser algo así, imaginarse niño otra vez y pensar que toda la vida había sido una gran e inmenso desperdicio de tiempo.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Limones redondos


... y a la mitad del camino cortó limones redondos
y los fue tirando al agua hasta que se puso de oro.
Federico GarcíaLorca

martes, 13 de marzo de 2012

No aprendemos

Hace poco pasó por mis manos una obra de Paul Theroux, "Las columnas de Hércules", un fascinante libro de viajes escrito a comienzos de los años 90. El autor recorre toda la costa del Mediterráneo y, entre otros, allá vemos a unos españoles que aún no se creían ricos y unos sirios que ya eran muy conscientes de vivir en un estado policial. La historia humana se repite una y otra vez. Hasta ahora siempre hemos pensado que a pesar de los tropiezos siempre se avanza, nunca se retrocede. No lo tengo tan claro. Lo que sí que suele suceder es que cuando la represión y la humillación a una sociedad se vuelven intolerables, llega la revolución y con ella la correspondiente dosis de sangre, dolor y muerte. Eso está pasando en Siria veinte años después de lo que contaba Theroux. Sin embargo en el mundo lo que está sucediendo es algo muy distinto, ante nuestros ojos se está produciendo un golpe de estado mundial cuyo resultado final será la opresión global de los habitantes del planeta. No es algo que esté ocurriendo fruto de azares incontrolados detonados por decisiones no meditadas. No, nada de eso. Veamos un ejemplo muy de moda en nuestro país: el paro. El paro no es un accidente de nuestra economía, ni de la economía de ningún otro país si a eso vamos. El paro es algo premeditado, una herramienta muy útil para amedrentar a la sociedad, para sojuzgar a las masas, para, en definitiva, que los poderosos lo sean aún más. Hasta no hace mucho se consideraba necesario que hubiera algunos subsidios (léase estado del bienestar) para evitar el alboroto, pero pronto veremos que también eso va a ir desapareciendo, nadie sabe muy bien por qué. No hay dinero, dicen, sin embargo la corrupción fiscal no disminuye y el BCE vende dinero a los bancos españoles al 1% de interés, a los mismos bancos que luego no nos lo prestan al 12%, a lo mismos bancos que usan ese dinero para comprar deuda española al 6 o 7%. Ya sabemos dónde termina el dinero de los que pagamos impuestos y a pesar de tanta desfachatez, sigue el saqueo. Todo son falacias arrojadas sobre una masa embrutecida por la incultura y aterrorizada por el miedo a perder su trabajo y su calidad de vida (la huelga general del 29-M tiene su fracaso asegurado). La solución del problema está clara, nos repiten: reforma laboral (es decir, despido libre y gratuito y por tanto abaratamiento de los sueldos), reforma justa y necesaria (palabra de Dios, te alabamos Señor. Si lo dice Dios, así será, ¿no?), recorte en sanidad y educación (las masas tendrán menos capacidad intelectual para discutir las decisiones de los que mandan y menos salud para pelear). Pensemos, la solución a un problema debe atacar a las causas raíces que lo han generado; ¿son las condiciones laborales, la educación y la sanidad esas causas? Algunos así nos lo están queriendo hacer creer, precisamente los mismos que sí son la causa raíz.
Estamos en la fase alcista de captura de poder de la nueva clase dominante. La próxima será la desaparición de la libertad y la represión pura y dura: fascismo, comunismo, plutocracia..., digámosles como queramos. Eso sí, la siguiente fase será la revolución, lo cual no garantiza el triunfo de los que se alzan, tan solo estarán aseguradas la sangre, el dolor y la muerte. No aprendemos.

domingo, 11 de marzo de 2012

No particular place to go (fragmento)



Sentí frío. Era como si la sangre se me hubiera evaporado. Mientras con una mano dejaba unas monedas en la barra, con la otra tanteé el bolsillo del abrigo buscando el teléfono para llamar a Carlos. Me quedé con él en la mano cuando la voz del locutor volvió a llenar todo el local. Anunciaba una conexión en directo. Su voz se disolvió en un rumor de sirenas, su rostro nervioso se diluyó en el espanto de un vagón deshecho, en sus restos humeantes esparcidos sobre los rieles, en el desconsuelo de decenas de personas tambaleándose como fantasmas borrachos de aturdimiento sin saber a dónde ir, en el dolor de unos ciudadanos anónimos igual de confusos, llorando, tratando de abrigar a los heridos con mantas, con sus propias ropas, en el horror de unos cadáveres arrojados sobre las vías.

Las cámaras se acercaron a los cuerpos, se acercaron demasiado. Recuerdo a un hombre en una posición casi natural, como si se hubiera tendido sobre los raíles a descansar con su traje y su gabardina. Sus ojos abiertos, sin embargo, hacían innecesario fijarse en el hilo de sangre que dibujaba un confuso arabesco sobre su frente. A la derecha de la imagen había otro cuerpo; la cabeza sobre una traviesa, el pelo teñido del color de la sangre, el rostro alzado al cielo, con la boca abierta y muda como si le hubieran sorprendido en la mitad de una frase. Su mano aún sostenía el móvil. Reconocí la cazadora, reconocí la mochila, reconocí en su muñeca el reloj que yo le había regalado. Las cámaras se acercaban, no dejaban de acercarse. Tal vez demasiado. Un primer plano, más, más… Le faltaban las piernas. A mi hijo, a Carlos le faltaban las piernas. ¿Por qué? ¿Por qué le faltaban las piernas? ¿Por qué estaba allí tirado? ¿Por qué estaba tan solo? ¿Por qué? ¿Por qué tenía tanto frío?

El foco de la cámara se movió y con él se llevó la última imagen que conservo de Carlos. Contemplé los rostros de los que me rodeaban; a ellos no les estaba sucediendo esto, cuando finalizara el día regresarían a sus hogares y allí estarían los suyos, como siempre. ¿Por qué no podía ser yo uno de ellos? Lo único que me latía en las venas eran la rabia y la envidia contra aquellas personas. Aún no había llegado el tiempo de la tristeza.

Miré el teléfono que aún apretaba en la mano y lo guardé. Cuando los muertos y heridos desaparecieron de la pantalla, salí a la calle, aspiré profundamente y regresé a casa corriendo, con mi cabeza inmersa en un zumbido que me impedía pensar en nada. Delia aún seguía durmiendo. Entré en la alcoba, me senté a su lado en la cama y la desperté con suavidad. En mi interior ya sólo quedaba vacío, la rabia y la envidia de unos minutos antes se habían transformado en un estupor que ya no me ha abandonado. Carlos había muerto, acababa de verle tirado sobre las vías. Delia me empujó, corrió hacia la sala y conectó el televisor. Yo me quedé allí, solo en la habitación oscura, hasta que la oí gritar. Gritó su nombre una vez, dos, tres, cuatro… Carlos. Y en cada una de ellas su voz se quebraba un poco más. Me di la vuelta muy despacio y me dirigí hacia lo que ahora se habían convertido en sollozos ahogados. Era como si caminase por el fondo del mar, me movía despacio, muy despacio, cada paso era resultado de un esfuerzo de voluntad inmenso que me agotaba. Me sentí caer, la alfombra empezó a aproximarse a mi cara despacio, muy despacio; después me desmayé. Cuando recuperé el sentido, habían pasado más de dos horas. La televisión seguía conectada, escupiendo cifras de muertos. Uno de ellos era Carlos. Carlos estaba muerto. Carlos. Muerto. El pensamiento me golpeó y a punto estuvo de derribarme otra vez.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Sombra y luz


Pero toda sombra es, al fin y al cabo, hija de la luz y solo quien ha conocido la claridad y las tinieblas, la guerra y la paz, el ascenso y la caída, solo ese ha vivido de verdad.

Stefan Zweig

domingo, 26 de febrero de 2012

Suicidio simbólico


Leo en "Sunset Park" de Paul Auster la expresión: suicidio simbólico. No es quitarse la vida, sino abandonar la vida y todo lo que la conforma en ese momento: trabajo, familia, amigos. Huir de todo y de todos y comenzar como una persona nueva y diferente en otro lugar. Casi parece más fácil el suicidio común, no simbólico. No es necesaria tanta valentía.

jueves, 23 de febrero de 2012

...palabras... quizá no las haya...


AMOR, cien puntos;
OLVIDO, quinientos puntos;
DESAMOR, seiscientos.

Quiero que perdamos juntos esta partida...

martes, 14 de febrero de 2012

lunes, 13 de febrero de 2012

Escribiendo obviedades

Las teorías neoliberales aseguran que si se reducen los sueldos de los trabajadores hasta el nivel suficiente, llegará un punto en el que se generará empleo puesto que será rentable para el empresario (y mejorará la competitividad de sus productos) contratar mano de obra. Lo que no responden esas teorías es a quiénes van a vender sus productos los empresarios si la inmensa mayoría de los asalariados apenas tiene lo justo para subsistir. La clase media se sumerge en la pobreza y los pobres en la miseria. La reforma laboral de nuestro flamante gobierno neoliberal, con el señor De Guindos a la cabeza de su equipo económico, avanza con paso firme en esa línea. Mayor libertad para el empresario, mayor libertad para contratar y despedir y siempre, siempre para incrementar sus beneficios a costa de los trabajadores. Eso sí, el 66% de los encuestados en nuestro aborregado país ven necesaria esta reforma. Dicen lo que oyen, porque si reflexionásemos medio minuto nos daríamos cuenta de la falacia implícita en esa aseveración incuestionada de que para salir de la crisis es necesaria una reforma del mercado laboral. Casi es una condición sine qua non. Sin embargo, para solucionar un problema es necesario analizarlo hasta hallar su causa raíz y a continuación definir un plan de acción para eliminarla. ¿Es la causa raíz de la crisis la regulación del mercado laboral? Ni siquiera lo es de uno de los peores efectos: el paro. Y es que nos hacen ver el efecto como causa. Despidos más baratos (todavía más), capacidad para modificar las condiciones laborales unilateralmente, ERE sin autorización judicial. Pensemos: la reforma permite que el empresario pueda despedir justificadamente a sus empleados si durante nueve meses se reducen las ventas. Atención: si se reducen las ventas, no si se producen pérdidas. Es decir, el empresario podrá despedir siempre que se reduzcan sus beneficios. Esta es la esencia de la reforma laboral, y lo demás son tonterías.
Me fatigo escribiendo obviedades.

jueves, 9 de febrero de 2012

No muero




Si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
Luis Cernuda

miércoles, 1 de febrero de 2012

Antígona en Mauthausen

Mi abuelo fue asesinado el 19 de diciembre de 1941 en Mauthausen. La tradicional eficiencia alemana ha conseguido que este crimen quedara adecuadamente certificado y que muchos años más tarde nuestra familia supiera de su destino. Mi abuela, mi madre y mi tío se quedaron a las puertas del campo de concentración (ninguno de los tres era un hombre mayor de quince años), y tras un periplo que les llevó en un tren de ganado hasta Ravensbrück tuvieron la suerte de ser descargados en la frontera de Hendaya. A mi abuela le robaron el hijo y mi madre quedó huérfana doce años más tarde, con apenas quince, sola, sin más refugio que una tía suya que vivía en la zona minera de Vizcaya.


Hace poco visitamos Mauthausen. No me demoraré relatando el horror que aún se respira allí, solo diré que si el alma existe, en aquel lugar todavía quedan atrapadas miles de ellas, miles de espíritus que aguardan su redención. Lloré, lloré con una congoja de la que jamás hubiera creído poder ser víctima. Y recordé a aquel hombre que murió solo, que abandonó toda esperanza al cruzar los portones de madera y desnudarse en el patio de piedras grises en el que me encontraba. Desde el camino de ronda de los muros del campo se ven colinas verdes, bosquecillos domesticados, el orden y la pulcritud de aquel bucólico rincón de Austria. ¿Dónde estaría enterrado mi abuelo, pensé? Me corregí de inmediato. ¿Dónde terminaron posándose sus cenizas? A mi espalda, aún enhiesta como la espada del verdugo, la chimenea de los hornos crematorios lanzaba su sombra sobre los silenciosos visitantes del campo. Y entonces recordé a Antígona, enfrentada al poder de Creonte al empeñarse en enterrar a su hermano Polinices, considerado un traidor a su patria y condenado a quedar insepulto por el rey de Tebas. Recordé la historia de  esa mujer sola que acaba sucumbiendo ante el poder del Estado no por querer justicia o venganza, sino por anhelar algo tan sencillo como cubrir de tierra a su ser amado, por ansiar susurrarle aquello que los griegos, y los romanos más tarde, deseaban a sus muertos: que la tierra te sea leve. Encaramado en el muro gris, agarrando con mis manos los hierros retorcidos que una vez sostuvieron el águila nazi, comprendí el dolor, la desesperación y el ansia de Antígona, comprendí a tantos que solo piden que les dejen desenterrar de las cunetas a sus muertos y depositarlos en una tumba con nombre y apellidos. Que solo quieren dejar de ser Antígona.

martes, 31 de enero de 2012

Oda



Oh, tú, inocente entre los inocentes,
casto inexpugnable
de cualquier lúbrico pensamiento inmaculado.
Alma cándida inmune al desaliento,
oh, tú, Roberto, ingenio bien pensante,
crédulo, incauto, en puro estado de pureza[1]
Ay, Sánchez, virgen… optimismo
ante el desaliento triunfador,
revoloteen a tus pies ingenuos niños,
vence tú al desalmado Herodes
lidera a los incautos
contagia tu candor
¡sálvanos del irreparable caos
del apocalipsis infernal!
Sólo tú, Roberto Sánchez,
con la esperanza en cada mano,
sólo tú serás nuestro redentor.


[1] Obsérvese el recurso intencionado, que no es redundancia como pudiera pensar el lector inexperto.

Ana Belén Alonso

lunes, 23 de enero de 2012

Materia oscura

Es este el mundo en que vivimos extraño, y cada día más oscuro. Y nuestro país no es ajeno a la extrañeza y oscuridad que nos envuelven con su manto más espeso y asfixiante. El partido de la oposición, desnortado, está a punto de entregarle el mando a una persona como Chacón, vacua y engreída (Marías dixit, y yo lo comparto). Una persona que no ha demostrado nada, que pide un cambio cuando ella misma es una hija -iba a decir intelectual, pero no quiero exagerar- política de Zapatero, y son los mismos que le han jaleado en sus meteduras de pata, en su simpleza y su frivolidad los que ahora apoyan a esta señora. Parece increíble, pero es inquietantemente cierto. Aunque, en el panorama total que ocupa nuestra pantalla de televisión durante las noticias de la noche, este asunto resulta insignificante por no decir chusco. Manuel Vicent hablaba el último domingo de la materia oscura que compone la mayor parte del Universo y en la que flota nuestra realidad. Una materia oscura que está tragándoselo todo. Al premio Nobel Obama, entre otros. El presidente de los USA prometió cerrar Guantánamo. Ahí sigue. Prometió acabar con las guerras de Irak (ahí quedó el país, más pronto que tarde se sumergirá en una guerra civil) y de Afganistán (más pronto que tarde los talibanes volverán al poder en Kabul). Prometió juzgar, condenar y encarcelar a los dirigentes de Lehman Brothers, causantes de la crisis que nos ahoga. Al final ha tenido que llamar a ilustres gestores de Wall Street a la Casa Blanca e invitarles a tomar el té. Claro que peor es aquí, en la Iberia infeliz, donde el expresidente de Lehman Brothers en España y Portugal (el señor De Guindos) no solo no está en la cárcel, sino que es ministro de Economía por obra y gracia de esa esfinge barbuda, simplona y perogrullesca que tenemos de Presidente del Gobierno. Al señor De Guindos le hace los coros el señor Montoro, el de Hacienda y, como desafinan, sale al escenario la repolluda vicepresidenta a tratar de dirigir la orquesta. Supongo que entretanto el señor Esfinge se fuma los puros que dejó Aznar en la Moncloa cuando lo del 14-M y la conjura islamista-etarra. Por cierto, el Director General de la Policía, el señor Cosidó andará ya en busca del busilis de esta misteriosa trama; no en vano fue él uno de los principales alborotadores en anteriores legislaturas con este mondongo maloliente. Y mientras tanto, el país se sumerge más y más en el desánimo, la oscuridad y el asco.

Como dijo alguien que no consigo recordar, tengo un dolor lírico que me zamarrea el alma.

sábado, 14 de enero de 2012

Nieve sucia

El coche patrulla se detuvo en el arcén con un frenazo nervioso. Dos guardias descendieron del vehículo; sus miradas  penetraron en las volutas de azar que escapaban de sus labios y volaron hacia el silencio blanco y pesado que ocupaba la noche. El crujido de la nieve bajo sus botas rebotó en un cielo negro que se derramaba indiferente a su alrededor. Los vapores del tubo de escape reptaron por el asfalto bruñido, se enroscaron en las piernas de los hombres, y cabalgaron por el aire helado hasta fundirse con el alba de los faros.
El conductor hizo un gesto afirmativo con la cabeza y se aproximó al lugar en el que un tramo de quitamiedos había desaparecido; su compañero se quedó atrás, atento a los chasquidos de la emisora de radio y a la carretera.
— ¿Cómo están, Matías? —gritó desde más allá del velo pálido de su aliento.
Matías iluminaba con una linterna la barranca. Restos metálicos punteaban el desmonte; en la vaguada descansaba el coche que habían estado persiguiendo durante la última media hora.
— ¡Matías, joder! ¡Contesta! —insistió de nuevo el agente con un asomo de histeria en su voz.
— No lo sé, Germán, y deja de gritar. Tú ocúpate de espantar a cualquiera que pase por aquí —respondió Matías. Se dio la vuelta y le miró. Sus ojos sin párpados reflejaron el frío. Los destellos crudos de las luces de emergencia intensificaron la rigidez de su rostro—. Dame diez minutos y después avisa a las asistencias médicas.
Matías devolvió su atención a lo que sucedía en la hondonada. “Tocas a muerto, cabrón”, apenas murmuró el agente; los golpes que partían del automóvil accidentado sonaban como los tañidos de una campana resquebrajada. La puerta brincó y se desprendió de sus goznes. Desde la oscuridad del caparazón abollado salió un hombre tambaleándose. Dio unos pocos pasos a la deriva,  cayó de rodillas y se derrumbó sobre la tierra congelada.
Matías salvó de un salto la valla destrozada y bajó por el talud. El halo de la linterna se difuminaba hasta desvanecerse para amanecer después con fuerza, escoltando los pasos y resbalones del policía por entre el barro y la nieve. Ignoró al hombre caído y se acercó a la puerta del acompañante. Echó un vistazo al interior; la mitad del trabajo ya estaba hecho.
Deslizó el haz del foco sobre los restos humeantes del vehículo hasta que encontró lo que buscaba. Con dos bruscos tirones consiguió desgajar una tira metálica de la carrocería.
El conductor parpadeó al percibir el chorro de luz sobre su cara; tenía un corte profundo en la pierna derecha; el brazo del mismo lado se doblaba en una forma poco natural. Una fuerte patada en el vientre, y el hombre se vio arrojado al frío y a la negrura. Los ojos se le despeñaron entre las sombras de la incomprensión cuando vieron su brazo muerto oscilar como un badajo sin voz.
— Ayúdame —balbuceó mientras la sangre le resbalaba por la barbilla.
— ¿Dónde lo tienes? —preguntó el guardia con un hilo de voz cortante.
— Por favor, ayúdame —repitió el herido. Como si recordara algo giró la cabeza hacia el coche y volvió a mirar a Matías— ¿Cómo está ella?
Matías ignoró la pregunta. Se inclinó sobre el herido. Sus labios casi rozaron la magullada mejilla del hombre.
— Responde. Y rápido. Si no avisamos a los de urgencias no vais a durar mucho —susurró despacio, poniendo de manifiesto lo obvio.
— Eres un hijo de puta —dijo el herido tratando de escupir su odio en el rostro del policía.
Matías se incorporó y se acercó al vehículo. Lo rodeó despacio, como si estuviera valorando su futura adquisición. Se detuvo delante del asiento del copiloto y miró hacia la carretera; sólo se veían las ráfagas de emergencia del coche patrulla. Desenfundó su pistola y apuntó hacia el cuerpo de la mujer a través del parabrisas destrozado. De la garganta del hombre manó un grito en el que se mezclaban una negación desgarrada y un sollozo sin esperanza. Matías regresó a su lado, apoyó una rodilla en el barro y repitió la pregunta.
— ¿Dónde está?
— En el maletero. Ahí lo tienes —respondió abatido. La cabeza del hombre se derrumbó. La frente se marchitó sobre la tierra negra y sus lágrimas se desbordaron sobre el fango helado.
No había mentido. Matías sopesó la bolsa de deporte y la abrió. Un rápido vistazo hizo que sus ojos se endurecieran con el brillo del triunfo. Volvió donde el hombre y de un fuerte culatazo en la cabeza lo dejó inconsciente.
El agente lanzó un suspiro prolongado que se quebró en un amago de risa. Recuperó la chapa que había arrancado de la carrocería y con tres golpes certeros desgarró la piel y el músculo hasta  seccionar la arteria femoral del hombre. El chorro de sangre trazó un arco y su vida se perdió en la oscuridad de la noche, más allá del cono de luz blanca de la linterna. Una muerte rápida. Unos minutos impacientes y todo había acabado.
Matías miró hacia lo alto del terraplén; el vehículo policial continuaba disolviendo la realidad a su alrededor.  Dio una voz de aviso e hizo una señal hacia su compañero.
— ¡Germán! ¡Ya lo tengo! Baja y échame un cable… Éste aún vive…
Germán se llevó la mano a los ojos tratando de esquivar la vena blanca que le apuntaba desde el fondo del barranco; hundió los pies en la nieve sucia y comenzó a descender.



sábado, 7 de enero de 2012

Ohne Sinn


In kühlen Zimmern ohne Sinn
George Trakl