"No había casas para los forasteros, y no se les ofrecía a estos otra oportunidad de integrarse que la de pasar a formar parte del ejército. Un ejército se alimenta siempre de hombres sin futuro. De hecho algunas unidades de Minos se habían especializado en vigilar el fragmento de población inadaptada y reprimir sus posibles desmanes, sus inevitables robos. Y, paradójicamente, la mayor parte de los componentes de esas unidades procedían a su vez del suburbio. Recibir golpes es la forma más adecuada de aprender a golpear. Esa verdad repugnante del alma humana es el cimiento de la realidad social aquea y la razón de que su modelo se imponga con tanta facilidad allá adonde llegan. Sólo necesitan tiempo para acumular riqueza desde arriba, lo demás va sucediendo lenta e inexorablemente".
Javier Azpeitia
1 comentario:
Sr Belidor :
Siempre tan apocalíptico y masoquista como en deuda por lo martires del pasado, del presente y del futuro... En una cosa están de acuerdo el verdugo y el martir : en la cruz.
Saludos nocturnos
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