sábado, 6 de noviembre de 2010

Reconciliación


Sábado por la mañana, una hora poco habitual para que me ponga a escribir aquí. Sin embargo, hoy y ahora es uno de esos extraños momentos en los que me siento reconciliado con la vida. Hace un rato he terminado de leer "Diarios 1999 - 2003" de Iñaki Uriarte. Decir que la obra me ha encantado es decir poco. Su filosofía de vida, ese no desear hacer nada, intentar ser feliz con menos; su sentido del humor y su fina ironía; su sinceridad de niño bien de 57 años que se ha podido permitir cumplir sus deseos en un cierto porcentaje, digo que gracias a todo ello, estos días pasados han sido un deseo de volver a sentarme en mi sillón, en cualquier cafetería, en un banco de parada de autobús, daba lo mismo, con tal de compartir unos buenos momentos con este amigo en que se ha convertido Iñaki Uriarte. Charlar con él a través de sus páginas, olvidarme de todo durante un rato y creer que todo puede ser de otra manera. Charlar con quien estás a gusto. Un placer. Ahora, un fragmento, al azar:

"A veces he mirado con arrobo desde el coche o el tren esas casas en el campo o en los montes y he pensado que sería feliz viviendo allí. Otras me han parecido el último lugar donde viviría, que habría que ser por lo menos Buda o Zaratustra para hacerlo".

Además tengo por delante cuatro lecturas tan atractivas que la indecisión me hace feliz: El sueño del celta, de MVL; Riña de gatos, de Eduardo Mendoza; Algo que brilla como el mar, de Hiromi Kawakami; y siempre, siempre, siempre, Miguel Delibes, esta vez, Diario de un emigrante, relectura después de muchos años.
A veces, durante breves instantes, con insignificancias cotidianas, se puede ser un poco menos infeliz. Sólo a veces, y un rato.

3 comentarios:

El maestresala dijo...

Sr Belidor :

Le noto contento y emocionado... Momento álgido en la LTLG...

El maestresala dijo...

El autor de los diarios no es de Bilbao pero ya sabemos que los de Bilbao nacen donde quieren.

Un saludo cordial al Sr Belidor y al autor

El maestresala

Belidor dijo...

Alea jacta est, que dijo uno de Bilbao