domingo, 30 de agosto de 2009

Alpujarra /y 5


Paco pide otro tinto de verano. Os voy a contar el final de la historia de la última reina de la Alpujarra, dice sin mirarnos. Manuel me da con el codo. Yo meneo la cabeza.

Se llamaba Morayma y era la esposa de Boabdil. Murió un año después de abandonar la Alhambra, de pena. De pena. Fue la reina de la Alpujarra durante un año. Un año de melancolía. Y de llanto. Paco baja los párpados como si reprimiera él mismo las lágrimas. Miro a Manuel y se encoge de hombros.

Munkar y Nankir, los ángeles de la muerte, ordenaron a Boabdil dónde debería ser enterrada, aquí, en su reino. Él quería partir hacia Fez con su cadáver. Sin ella, cuando el sol caía al otro lado de las cumbres, rodaba por las laderas y se hundía en el barranco de Poqueira, sólo quedaba en la Alpujarra la tristeza de Boabdil y Boabdil no quería ser rey de la tristeza.

Los ojos de Paco brillan. No sé si está llorando o es el reflejo de las estrellas. Manuel le pregunta  en un murmullo dónde está la tumba de Morayma.

Yo cerré la luz de su risa, y con ella la luz de la luna, y las estrellas, y las cumbres, y los valles, dice Paco. Mira a algún punto a mis espaldas y susurra, ellos lo saben. Yo prefiero no volverme.

Ella se quedó en el cielo. Boabdil bajó a la Tierra, a buscar la muerte. La muerte...

1 comentario:

El maestresala dijo...

Sr Belidor :


La foto es de exposición. ¿También sabe usted inmortalizar imágenes aparte de inmortalizar metáforas?
Mismamente podría ser esta imagen la de un tetagrama de plata que a usted tanto le motivan... ja,ja.

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