Por fin, la galería por la que camina desemboca en el exterior. El cielo es negro. No hay estrellas, ni luna. El silencio, el mismo silencio que le ha acompañado desde que despertó, se abraza ahora con la oscuridad. Ambos le penetran a través de la piel y ahora en su interior sólo hay negrura y silencio. Comienza a llover. Las gotas que le golpean son negras y caen en silencio. Quizá sean las lágrimas de Dios.
3 comentarios:
Sr Belidor :
Esto se pone grandioso. Esta vena es la que me interesa...
Sr Belidor, oigo la muerte en derredor.
¿Y qué dice?
Creía que morir no era la muerte,
sino la obligación de estarse quieto;
derribar las paredes del secreto,
oh claridad, ¿sería para verte?
¿Y sino hay claridad que lo despierte?
Qué amuralladamente está sujeto.
Qué en ruinas la ciudad de su esqueleto.
En qué rotundo muerto se conveirte.
¿Estará en el después, o se habrá ido?
¿el olvido, será un salón abierto,
y nos recordará desde el olvido?
Él vivía delante de lo cierto.
Pero ahora está detrás de haber vivido.
¿Y si murió después de haberse muerto?
J. B.
Sólo un poco más de claridad, oscuro Sr Belidor. Hay luz en la oscuridad; vivimos en tierras de penumbra.
Sinceramente cambiaría el título de su "bloc" : leemos para saber que no estamos solos...
Saludos allá donde se encuentre
Si no escribo
Muero
Escribo y no muero
Leo y no muero
Y muero si no
leo
Leer y escribir
Para no morir
...
Nada tiene sentido
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